Thursday, May 19, 2011

Vélez es semifinalista de la Libertadores

*Vélez llegó a la semifinal como una topadora
En Asunción, venció a Libertad por 4-2 y ahora chocará con Peñarol o Universidad Católica; Moralez (2), Franco, de penal, y Augusto Fernández, los goles.
Casi todo se habrá dicho a estas alturas alrededor de Vélez. Pues habrá que ampliar los conceptos. Más con los resultados a la vista, cuando ya el conjunto de Liniers alcanzó la semifinal de la Copa Libertadores con una contundencia que no admite la menor incertidumbre. Con la victoria de anoche ante Libertad por 4-2 llevó la seria a un 7-2 en el que no dejó ningún detalle librado a su suerte. Dio -y da- la impresión de que aquel que quiera sacárselo de encima tendrá que hacer todo bien. Y, a decir verdad, por el nivel individual y colectivo, tampoco será ninguna garantía. Que no se dude: Vélez se volvió un topadora y todo cruje bajo su marcha y a su alrededor.
Tan grande se volvió el convencimiento de Vélez que no le importa el contexto ni las obligaciones del rival. Ni un poquito. No tenía necesidad de arriesgarse ante Libertad, pero la vocación ofensiva fue tan fuerte que... Apenas pasó un par de sobresaltos propios de la condición de visitante. Nada grave. Cuando no aparece uno, lo hace otro. Tanto le costó a los paraguayos que, justo cuando se pusieron en ventaja con un tiro de Rojas, Vélez lo maniató y le empató unos segundos después, con un contraataque que Moralez definió con la frialdad de aquellos con las ideas más cristalinas.
El conjunto de Liniers asumió el completo protagonismo a partir de los octavos de final y pareció aferrarse a una receta tan eficaz como elogiable: hacer una diferencia de local, pero también conseguirla de visitante. Así lo hizo contra Liga Deportiva Universitaria (3-0 y 2-0). Así lo hizo anoche. Avasalló con un juego tan práctico que Libertad se sonrojó hasta provocarle fastidio a su propia gente, que cargó contra el DT uruguayo Gregorio Pérez y hasta contra su ayudante, el Mellizo Gustavo Barros Schelotto.
Vélez desplegó otra vez cada una de sus variantes. Se respaldó en la solidez de Barovero cuando se volvió necesario. Descansó en la inteligencia de Zapata, cuyo juego cobró vivacidad con el transcurso de los minutos. Y lo resolvió con la improvisación de Moralez, con la reaparición de Guillermo Franco, que reemplazó a Silva y que desniveló el resultado con un penal, y con el oportunismo de Augusto Fernández, cada vez más habituado a mezclarse entre los goleadores.
Vélez no corrió riesgo ni siquiera cuando Libertad se puso otra vez en ventaja. Maciel desequilibró más por obstinado que por certero, pero enseguida Moralez devolvió a los locales a una cruda realidad. Después, lo mencionado: el toque, la circulación y los goles. La diferencia pudo haber sido mayor, pero un tiro de Ramírez rebotó en el travesaño. Y eso que Silva estuvo impreciso en la noche paraguaya. Vélez desactivó cualquier intento. Demostró que las fronteras no le marcan un límite. Y quién sabe hoy por hoy dónde encontrará alguna barrera.

-Fuente: Cancha Llena