Wednesday, April 20, 2011

5 pulperias y almacenes para descubrir San Antonio de Areco

.1. La Esquina de Mertí
Ocupá una de sus mesitas ubicadas en la vereda, pedí una cerveza bien fría, una picadita y disfrutá de la brisa que mueve las hojas de los grandes árboles que rodean la plaza principal. El edificio data de 1860, allí funcionó una pulpería y luego, un almacén de ramos generales. Hoy, reúne historia, gastronomía y entretenimiento. Su actual propietario, Arturo Manuel Figueroa, lo restauró conservando el aspecto exterior, y lo decoró con miles de reliquias y objetos campestres que fue coleccionado a lo largo de los años. Además de parrilla, los fines de semana hay espectáculos de tango y guitarra.
(Segundo Sombra y Arellano, San Antonio de Areco)

2. El boliche de Bessonart
En esta antigua casona de ladrillo, la luz entra por las grandes puertas de madera y vidrio. El piso es de ladrillo y los estantes están recargados de viejas botellas. Justo arriba de la clásica pileta de estaño, el ojo atento puede observar un par de pistolas de colección que nos retrotraen a las riñas de otros tiempos. Detrás de la barra, antiguas heladeras enchapadas en madera oscura y un gran mueble estante que muestra un popurrí de objetos de todo tipo, signo inequívoco de que estamos en un boliche de verdad. Los paisanos están sentados en las sillas de hierro, en las banquetas de madera o apoyados en la gran barra consumiendo su vermú o su cervecita, mientras que los visitantes de los fines de semana saborean con gusto y con los ojos llenos de alegría la sabrosa picada de la casa.
(Zapiola y Segundo Sombra, San Antonio de Areco)

3. Bar San Martín
Al cruzar la puerta se siente un sutil aroma que recuerda al vino, como el que se percibe cuando se camina entre tanques y barriles en una bodega. Hay paisanos de todas las edades, con camisas a cuadritos y pañuelos anudados al cuello, sentados en sillas de paja, con los codos apoyados sobre las mesas de formica gastada. Todos hablan pero nadie grita, creando un murmullo constante, un sonido que es parte de este bar. Arrancó en 1943, era el lugar de reunión de los trabajadores rurales de antaño, que se relajaban al final del día con una ginebra, y de los descendientes de irlandeses que lo invadían en masa el día de San Patricio con sus cantos alegres. Había peñas folclóricas. Hoy la cosa no es la misma, pero quedan las ganas de seguir perpetuando el ritual del encuentro, del vermú, del vino con soda, de la ginebra y de la alegría.
(Moreno y Alvear, San Antonio de Areco)

4. La Pulpería de Areco
Maravillosa reconstrucción de una antigua pulpería, realizada por Juan Manuel Arbujó, que gracias a su pasión por el campo, su historia y los objetos que lo representan, decidió armar este proyecto. La imponente reja, el mostrador y los miles de objetos expuestos son todos originales y nos transportan en el tiempo. Hay cervezas, vinos, tragos, empanadas, sándwiches y picadas.
(Bolivar 66, San Antonio de Areco)

5. Almacén Los Principios
Don Antonio Fernández Izaguirre es el dueño de este antiguo almacén, fundado por su padre Américo en 1918. El nombre fue elegido porque su fundador creía que el principio es lo que marca la vida de las personas. No estaba tan equivocado. Donde hoy se encuentra Los Principios, lugar que ocupa desde 1922, todo era un terreno baldío. Unica excepción: los palenques, indispensables para que los paisanos pudieran atar sus caballos antes de entrar al almacén a comprar víveres. Con el tiempo la zona comenzó a poblarse. Muchos de los clientes actuales son descendientes de esa época. Son vecinos que se quedaron con el trato amable de don Antonio y rechazaron la mecánica atención de los supermercados. Mágico, impecable y prolijo, para hacer una parada y tomar un cerveza en el mostrador.
(Moreno y Mitre, San Antonio de Areco)

fuente: Facebook-Planeta Joy

PRECIOSO SAN ANTONIO DE ARECO! ES UN HERMOSO LUGAR PARA UNA ESCAPADA DE FINDE, SON MUY RECOMENDABLES, AL MENOS LAS DOS QUE CONOZCO, EL BOLICHE DE BESSONART Y LA ESQUINA DE MERTI.