Wednesday, October 29, 2008

Salando las heridas

Luego de su editorial Clarín se come los mocos, Héctor Santos, un ex directivo del Grupo Clarín, contestóle, peeeeero Rial redobla la apuesta bajo el título, "Las viudas de Clarín".

 
Fue como pisar un hormiguero. Nunca sospeché que una columna que intentaba hablar del hoy, pegara tan fuerte en el ayer. De pronto, sugerir que los colegas del suplemento de espectáculos de Clarín se “comían los mocos” ante los poderosos, se convirtió en un pecado capital.
 
Sólo intenté reflejar que, de pronto, los benditos numeritos del rating desaparecieron de las páginas del diario cuando el canal se despertó de su corto sueño de ser primero. Como el gobierno con el Indec, en Clarín decidieron eliminar la realidad de Ibope horas después de poner con énfasis la lupa en la caída de audiencia de los ciclos de Tinelli.
 
Con saña, se aprovecharon para poner en una tipografía más grande el primer traspié del hombre menos querido por la calle Piedras. Inmediatamente llegó el correctivo, como en pleno mundial del 2006, cuando se debieron encolumnar como corderitos detrás del hombre que puso primero a la emisora del solcito.
 
No había intención de desprestigiar a los periodistas del suplemento. Sólo relatar una verdad más que evidente. Lo que nunca sospeché es que Jorge Santos, reconocido ex jerarca del grupo Clarín, se convirtiera en vocero no oficial de los periodistas.
 
Con una virulencia inusitada se puso el traje de viuda de la vieja época del multimedio. Ataca sin piedad a Lucio Pagliaro, Héctor Magnetto y Marcelo Tinelli. Asegura que ellos destruyeron la imagen de Canal 13 con la contratación del conductor. Pero vayamos por parte. Santos, quien abandonó la dirección de Mitre ante la explosiva aparición de Radio 10, asegura que los periodistas de Clarín no pueden publicar lo que piensan por riesgo de ser despedidos. Que reciben presiones directas de Pagliaro, Magneto y hasta el propio Marcelo. En definitiva, que en el diario que promueve el periodismo independiente la censura sería moneda corriente.
 
Seguir leyendo  (junto al pochoclo porque se puso queeenchi el tema!)