Wednesday, April 30, 2008

Lalola bajó el telón

Y finalmente ocurrió. Llegó el pregonado eclipse y con él, el momento de la verdad para Lola (Carla Peterson), que eligió seguir siendo Lola y quedarse con Facundo (Luciano Castro) porque finalmente descubrió que, más allá de todo, "sin vos no soy yo", como le dice a bordo del catamarán del Tigre que iba a llevarlo muy lejos de ella (hasta Carmelo, Uruguay, quizá, dado el puerto), para luego sellar el pacto de una nueva vida juntos con un beso largo, larguísimo. Uno que hizo las veces de privilegiado telón -con un primoroso "fin" incluido- para Lalola, sobre el que discurrieron los nombres y apellidos de los técnicos que trabajaron a lo largo de los 150 capítulos de la exitosa tira producida por Dori Media, que ya fue vendida a más de 40 países (entre versiones originales y adaptaciones), incluido los Estados Unidos.

Como mucho se especulaba, fue el sorpresivo encuentro entre la desesperada Lola y su cuerpo de hombre (el regreso de Juan Gil Navarro luego del primer episodio) lo que terminó por convencer a la heroína que no quería volver a ser Lalo, como le había anunciado a un atónito Facundo en el altar. Bastaron un par de comentarios insinuantes de la impenitente Daniela Calori -también embrujada por un novio cansado de sus infidelidades-, acerca de las virtudes de su flamante masculinidad a la hora de escapar de la censura social y continuar con sus escapadas para que Lola, helada, descubriera que su vida pasaba por otro lado: por Facundo, por formar una familia y por dejar la editorial atrás.

Eclipsados
Pero no sólo la pareja central de esta comedia romántica tuvo que tomar las riendas de su destino: Natalia y Gastón (unos desatados Agustina Lecouna y Rafael Ferro), los villanos de la trama, terminaron bailando en una editorial High Five que se caía a pedazos , mientras sus subalternos daban los toques finales a una revista que, se presume, terminará por hundirlos.

Es que si bien Grace -la mejor amiga y narradora de Lalola, que comenzó una nueva vida a bordo de una casa rodante con "su" Aguirre - repetía que era una noche en la que "cualquier cosa podía pasar", lo que terminó ocurriendo fue precisamente lo que esperaban los fieles seguidores de la novela: ni más ni menos. Público que regresó -ver recuadro- a conocer cómo concluiría la historia que buena parte de él dejó de lado luego de meses de innecesarios estiramientos y digresiones que perjudicaron las muchas virtudes de un programa que la pantalla chica sin duda extrañará. Por lo pronto, Lalola será reemplazado no por otra ficción, sino por un reacomodamiento de la grilla de América y dos nuevos ciclos periodísticos.

Por Dolores Graña
De la Redacción de LA NACION