Se dedican ahora en Mujeres ricas (La Sexta) a superlativizar y dar más protagonismo a esa criatura llamada Charlotte, hija de la tremenda porteña Marianna Nannis y del que fue glorioso gladiador balompédico Claudio Caniggia. ¡Ah! Estamos de acuerdo: esta muchachita es una verdadera alhaja de la más inútil dolce vita. Adosada a su mamá -a su padre no se la ha visto el pelo nunca en este docurreality, lo cual demuestra que tiene sentido del ridículo-, vive Charlotte una vida de niña ni-ni absoluta, derrumbada siempre sobre algún sofá, y con un sentido cursi y totalmente hortera de la vida. Dios Nuestro Señor no la ha dotado de la trempera bárbara y arrabalera que presenta su mamá, y por eso la niña se tiene que entretener yendo de compras por la vida. Esta semana quería un disfraz para una fiestecita, y comenzó probándose uno de Blancanieves. Al ponérselo exclamó: «¡Me veo gorda, mamá!»,y mamá contestó: «Es que este disfraz requiere más picardía. Un buen par de tetas, la falda más cortita...». La niña, desolada, eligió entonces otro modelito, que resultó ser de monja, con cofia incluida. Y Mariana, al verla, sentenció: «Más que monja ¡parecés reputa!», advertencia que gustó mucho a Charlotte, porque lo que más desea en este mundo es estar sexy y atractiva. Lamentablemente, la criatura no consige ese punto de morbo fashion que pretende. No sabe todavía que ese sprint existencial, pícaro y desembridado, no lo venden en las tiendas.
Ferran Monegal / el periodico
Y nosotros que nos sorprendíamos de lo hueca que era la madre, no hay duda que, como dice el refrán ¡el alumno supera al maestro!
Ese programa siempre deja cosas interesantísimas para ver, como por ejemplo a Charlotte practicando Pole Dance (Marceeeeeeeeeeeeeee, contratala!)
Ese programa siempre deja cosas interesantísimas para ver, como por ejemplo a Charlotte practicando Pole Dance (Marceeeeeeeeeeeeeee, contratala!)
