Friday, December 26, 2008

en una playa junto al mar...



En la playa nudista La Escondida, las reglas se hicieron para ser cumplidas al pie de la letra. En esas arenas blancas, ubicadas debajo de los acantilados de Chapadmalal, unos 37 kilómetros al sur de Mar del Plata, ser mirón es visto como si fuera un delito.
Pobre de aquel turista que desvíe su mirada hacia un pezón o una cola desprovista de tanga o culote. En ese caso, un empleado del balneario le informará con buenos modales que en ese lugar a las personas se las mira a los ojos y no a sus partes pudendas. Si reincide, será invitado a retirarse. Y si se resiste, llamarán a la policía.“Ponerte en bolas es la mejor forma de combatir la mala onda. Acá nadie te mira si sos gordo, si tenés 90 años, si tu culo es flácido o la tenés chiquitita. Lo más importante es relajarse y sentirse libre”, dice Ricardo Marín, uno de los visitantes “honorarios” de La Escondida, la primera playa nudista de la costa atlántica, inaugurada hace ocho años.
El hombre, de 50 años, se pasea desnudo de la mano de su mujer. Sus dos hijos, de 30 y 33 años, no adhieren a la movida nudista. “Están chapados a la antigua. Y eso que los criamos de otra manera”, dice su esposa Olga. Después se dan un chapuzón en el mar y se acuestan a tomar sol boca arriba...
Fuente: DiarioCrítica