La particularidad que tiene (además de saludar con el brazo de una polémica manera) es que manipula al resto de los muñecos como se le antoja, se va cuando quiere de la juguetería y hasta amenaza a sus (jóvenes) dueños con usar su poder de Twitter y mandarlos a placa, si no le mandan una Barbie de regalo.
Ciudad
Yo le diría a Petti que a partir de ahora salga con chaleco antibalas..