
1. La más pop: Warhol, de Natural Deli. Una montaña rusa de colores y contrastes: rojo por las frutillas, blanco inmaculado en el queso de cabra, púrpura en el radicchio y las cebollas moradas asadas, verde oscuro en la espinaca y la rúcula, violeta en los arándanos, amarillo patito en los pétalos de caléndula. Y lo mismo en los sabores: dulces las frutas y la cebolla, picantito el queso y la rúcula, amargo el radicchio... y explosivas las nueces tostadas, especiadas con azúcar negra, canela, pimentón ahumado y comino. La vinagreta de aceto, oliva, miel orgánica y mostaza tiene un toque final con mermelada de arándanos en el salseado que remata de la pila de verdes, en una cantidad más que generosa: olvidate de eso de "una ensaladita". Vale lo que sale: $30. Si la complementás con un buen licuado que le haga juego, por ejemplo el Feel the Beet, de remolacha-manzana-zanahoria ($12), vas a quedar pipón. El chef Pedro Lambertini pensó en los famosísimos retratos de Andy para armar este plato que es, también, sorprendente y transgresor, y merece ampliamente sus quince minutos de fama.Laprida 1672, Barrio Norte / T. 4822-1228
2. La minimalista: Agridulce de peras y pollo, de Sirop. Sólo cuatro ingredientes, pero qué ingredientes: hojas de espinaca verdísima, cubos de pollo salteado con jugo de limón, peras caramelizadas y nueces tostadas se alternan en una torre milagrosa. Sale tibia, así que el olorcito ya empieza a seducir, y bañada con una vinagreta de yogur con especias, limón, naranja, oliva y miel. En el ambiente parisino de Sirop, escondido en el pasaje Del Correo, esta creación de la chef Liliana Numer es glamorosa con poco, como aquellos que son elegantes a su pesar, de pura clase nomás. Se sirve con pan casero calentito y crujiente, y es un hit de la casa. Cuesta $31. Mucho menos que viajar a un bistró de la Rive Gauche (y casi igual de ruidoso). Si te tienta almorzar escuchando a Edith Piaf pero el agridulce no es lo tuyo, jugate por otro hit: la Caesar de la casa, que en vez de pollo trae una bruschetta rematada en sublime rodaja de gravlax (salmón rosado curado con sal, azúcar y eneldo). Vicente López 1661, Recoleta / T. 4813-5900
3. La de kriptonita: Vida Eterna, de Buenos Aires Verde. ¿Qué otra cosa podría ser esa pasta verde amarillo flúo que brilla desde el inmenso bol? ¿Qué, si no la píldora mágica de Superman, podría darte tanta energía? La era de los superalimentos comenzó. No es kriptonina, pero se le parece bastante, en su color y también en sus propiedades: es queso de castañas de cajú, cuajado con rejuvelac (fermento de trigo). Lo hace el propio chef Mauro Massimino por medio de una técnica de cocina raw (cruda), que garantiza el máximo aprovechamiento de los nutrientes. Es refrescantemente ácido, y pone el toque maestro en este arco iris de orgánicos: fondo de hojas verdes, zanahoria rallada, flores de broccoli, remolacha, semillas de girasol brotadas -otra arma secreta-, pétalos de caléndula y el remate con pop korn de amaranto, mínimo pero determinante. Todo por $25. El aderezo oriental (limón, girasol, sésamo, jengibre, ajo, cebolla y miel) redondea un sabor agridulce que hasta puede llegar a empalagar. Eso sí, despacio, ¡que estás comiendo comida viva y muy consistente! Como postre podés probar el licuado Chai Pera, con leche de almendras, nibs de cacao y ralladura de limón ($15)... pero sólo si no tenés que volver a trabajar.Gorriti 5657, Palermo Hollywood / 4775 9594
4. La neoyorquina: Salmón y cream cheese, de Tea Connection. Si el plan es sentirte en un deli de Manhattan, acercate a alguno de los tres coquetos locales de Tea Connection, prendé tu laptop y pedí -ordená- esta ensalada de salmón rosado, huevo poché, alcaparras, papines y cream cheese sobre hojas verdes ($28). Probá el pan casero y las aguas saborizadas naturales diseñadas por la chef Geraldine Neff (¡sí, el nombre le rima con la profesión!): especialmente las energizantes ($6), como la de mango, pomelo y guaraná, con el dulzor justo. No dejes que te intimide el tamaño del Superbowl blanco que te van a traer antes de que te pases de hambre. La estrella, el salmón rosado, es fresquísimo, seleccionado a los mejores proveedores, y abundante: nada de una astilla rosa en un mar verde. El huevo poché está en su punto justo, listo para derramarse sobre los papines. El fondo de lechuga morada y criolla, rúcula y radicchio aporta frescor, matizado por la vinagreta de la casa. Pero son el cream cheese y las alcaparras -y la coquetería toda del lugar, diseñado hasta el último detalle- los que te hacen extrañar un bagel, y ya que estamos un paseo por el Central Park junto a Woody.Olga Cossettini 1545, Puerto Madero / T. 4312-7315
5. La súper orgánica: Cosmo Bio, de Bio. Marisa Ledesma, alma mater de este sitio pionero de la cocina natural, dice que prefiere siempre las opciones más simples: lo bueno, si sencillo, mejor. Los ingredientes nobles -en concreto, orgánicos- son la razón de ser y el núcleo duro de valores de Bio. Por eso esta ensalada a base de hojas verdes y amargas, cuya materia prima muta con las condiciones climáticas: según las lluvias o las sequías, el sol o el viento, se darán mejor una lechuga u otra, la rúcula, la radicheta o el berro que compra a agricultores conocidos y certificados. Tanto fervor por el verdor se complementa energéticamente con pasas de uva, almendras, olivas griegas y tomates secos, todo traído especialmente de Mendoza: dulce, salado y amargo. El blanco ácido del requesón de cabra y una vinagreta simple con salsa de soja arman un plato completito ($32). Tienta acompañarlo con una sopa hecha con los zapallos okaido de producción propia, sembrados en Córdoba. Y para la sed, marcha muy bien la Bio Ginger, limonada con jengibre ($8).Humboldt 2199, Palermo Hollywood / 4774-3880
6. La oriental: Brotes, vegetales y algas, de Freud & Fahler. Pol Likan es cosa seria. Cuando diseña la carta, literalmente, la diseña, es decir que la dibuja: para saber cómo va a salir emplatado tu pedido no tenés más que mirar atentamente el croquis con flechitas. En el ambiente íntimo y agradable de Freud & Fahler -sol al mediodía, velitas a la noche- todo invita a relajarse y disfrutar. Los platos son típicamente de fusión, y este es el caso de esta ensalada con mucho Barrio Chino, pero también bastante huerta y experimentación entre hornallas. Brotes y mini hojas le dan el toque raw de moda a una buena base de vegetales de estación en versión baby, y en diferentes cocciones: zanahorias, láminas de batata crocantes, espárragos, zucchini, cherries, remolacha dulce y ácidos corazones de alcaucil. El toque oriental llega con las algas kombu y el furitake, una mezcla sutil -quizás demasiado- de algas, semillas y escamas de pescado. El aliño a base de sésamo y salsa de soja refuerza la simpatía por el Orient Express, que se ofrece a $34. Eso sí, si vas con hambre, consideralo una entrada; no está pensado como un plato principal, a menos que seas modelo y tengas un desfile hoy.Gurruchaga 1750, Palermo Soho / 4833-2153
fuente: minutouno
LA DE SALMON Y CHEESE CREAM ES UN PLACER DE LOS DIOSES, ALTAMENTE RECOMENDABLE.